Desde el Distrito 5 de la ciudad de El Alto, Educación en Voz Alta EVA y CEMSE, a través de la implementación del plan de acción de madres y padres de familia de la U.E. Solidaridad, mejoran los espacios de aprendizaje de niñas y niños del nivel inicial con el recurso lúdico que promueve la motricidad y movimientos corporales , mediante la revitalización y preservación de la lengua aymara.
“Queríamos realizar juegos para que nuestros hijitos puedan jugar, además de que conozcan la lengua de nuestros abuelos, de nuestras mamás y papás que se están olvidando poco a poco, también crear un ambiente que no solo fuera divertido y educativo, sino que también sirviera como un recordatorio constante de nuestra identidad cultural,” relato de la representante de madres y padres de familia del pre kínder.
Los procesos lúdicos, como experiencias culturales desarrollan actitudes de convivencia con el entorno y una relación armónica, Las experiencias culturales ligadas a la lúdica, a nivel biológico, son las que producen mayor secreción a nivel cerebral de sustancias endógenas que promueven estados de felicidad, alegría.
Madres y padres de familia se apropian del espacio de la Unidad Educativa Solidaridad, con el diseño, pintado y textuado en lengua aymara, de juegos como el laberinto, viborita, avioncito, gusanito de números.
El juego como experiencia cultural permite la creatividad humana, donde niñas, niños y adolescentes se puede apropiar del mundo que los rodea, además de ser un gran productor de conocimientos y socialización.
Desde el proyecto «Por el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes con pertinencia cultural y lingüística, libre de violencia», celebramos que madres y padres de familia preserven la lengua aymara a través del juego lúdico de piso como expresión cultural de desarrollo para sus hijas e hijos.